viernes, 16 de octubre de 2015

"Nosotras"

    En el tradicional barrio "Miraflores" de la ciudad de Lima, Perú, infinidad de veces Silvia ha bajado casi en vuelo las escaleras de su casa con su pequeño hijo en brazos. Al tratarse de una región establecida sobre el límite de placas tectónicas, no sorprende a nadie cada vez que se moviliza y pone a prueba los reflejos de su población Pasados los temblores hay diálogos como éste: 
   -¿Tuviste miedo Martín?
   -No porque mi mamá me  llevó a la planta baja. Yo no sentí nada.
   -Ah!!! tu mamá es antisísmica...
   A este niño terminaban de decirle una  verdad: las mujeres, sobrevivimos a cuanto terremoto -o catásatrofe- debamos afrontar. ¿Acaso los hombres no? Sí. Claro. Por supuesto. Pero nosotras lo hacemos casi siempre, como Silvia, en soledad porque si hay algo socialmente desdibujado es el sexo femenino. Somos apenas perceptibles como madres y sólo durante algún tiempo seremos observadas con interés si somos bellas. La soledad en las luchas de las mujeres, como las madres del Paco en Argentina, también podría deberse a que nosotras no contamos con ese sentimiento de cofradía que se advierte entre varones. Ese razgo ancestral, producto de la época del cazador acentuado en el ejercicio de la guerra, es un escudo protector con el que los hombres pueden contar en el incosciente colectivo en tanto que las mujeres no lo tenemos porque nunca fuimos socialmente importantes en comunidad ni siquiera en la familia donde, hasta no hace mucho, fuimos tan subordinadas como los hijos frente a la autoridad del hombre. 
   Hoy somos desde empresarias hasta jefas de estado pero, en la cara oculta de la mayoría de las sociedades, estamos solas porque no se nos toma en serio como si fuésemos subhumanas: el oficial de justicia no nos quiere recibir una denuncia por malos tratos y simula sospechar de la víctima preguntándonos:-¿Y Usted qué hizo? (defendiendo de antemano al golpeador futuro asesino).
   La subestimación hacia la mujer es práctica sistemática en muchas partes del mundo y nosotras, eternamente ingenuas, colaboramos bastante cuando festejamos chistes adversos a las suegras o cuando aprendemos canciones que nos denigran sin piedad. Hay letras  que ninguna mujer despierta debiera aplaudir como aquélla referente a que "la cosecha de mujeres nunca se acaba" como si la hembra fuese un vegetal. Un viejo tango formulaba la siguiente pregunta: "quién sos que no puedo librarme/muñeca maldita/ castigo de Dios" y ¿qué tal con la letra de "Angélica?": "si un águila fue tu cariño/paloma mi pobre alma/ mi corazón en tus garras sangró y no le tuviste lástima". ¡Cuidado! si no somos verduritas somos fieras cuando no se nos ningunea de frente mar en "Amor Salvaje" donde no hay reparos para decir: "la llevé sin preguntarle ni su nombre..." ¿Para qué? la mujer sigue siendo, en la cabeza de mucha gente, una cosa que vale casi nada. ¿Exagero? No señor.
   Durante la segunda semana de Octubre de este 2015 se registraron nueve víctimas de violencia de género en Argentina:
    Julieta Mena de Ramos Mejía                        -Buenos Aires-
    Rosario del Cármen Salinas de Mar del Plata   -Buenos Aires-
    María del Rosario Diaz en Pergamino              -Buenos Aires-
    Marlene Carrumán López                               -Mendoza-          
    Sandra Elizabeth Costantópulos                     -Mar del Plata-
    María de la Cruz, en Bariloche                        -Río Negro-
    Daiana Luisa Rodriguez en Cármen de Areco     -Buenos Aires-
    Claudia Sposetti en Mar del Plata                   -Buenos Aires-
   Silvia Barba en mi Tartagal, Salta, muerta a escopetazos en presencia de sus hijos para dar por finalizada una discución. Sí. Ya sé desde el génesis estamos en falta y mucho antes cuando la mitología griega hizo responsable a Pandora de todos los males de la humanidad (la primera Eva en realidad) Miren desde cuándo proviene el machismo. Sí. Ya sabemos pero... tenemos que comprender que el trabajo por la valorización de la mujer es de todos los días  y que se inicia en el hogar como tarea que corresponde exclusivamente a nosotras porque los hombres, si no lo hicieron en tantos siglos, no van a darnos una mano ahora  irritados como están por nuestro protagonismo -salvo excepciones- De modo que, estemos atentas y cuidemos el pellejo: ¿Qué decimos? ¿Qué hacemos?  ¿Qué enseñamos? ¿Qué soportamos?)¿Qué ejemplos damos? Cada una sabrá qué estrategia adoptar. Hoy la mía, muy infantil pero por éso muy positiva, es decir con el poeta:

             NO PEGUES A LA MUJER NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA