viernes, 15 de julio de 2016

"¿Amigos?"

    Gracias a la posibilidad de cambiar que le fue graciosamente concedida  al género humano y, suponiendo que a él pertenezco, a lo largo de mi vida he cambiado más de una vez mi concepto de "amistad". En la adolescencia eran mis amigos aquellos que, a mi parecer, eran como yo porque actuaban de manera similar a la mía y no sólo eso: teníamos la misma facha, hablábamos el mismo argot con idéntica desfachatez y nos sentíamos geniales sólo porque así se nos antojaba... hasta enterarnos por sorpresa de que no hay dos personas iguales y que, para colmo, la gente cambia todo el tiempo en un extraño intento conocido como "crecimiento" lo cual significa que, al crecer, los  amigos brillan por su ausencia.
   Pasado el chubasco, pude concebir a la amistad como una maravillosa cofradía que encendía las luces de mi alma en un amable rincón de pertenencia que hacía las veces de círculo protector. Al poco tiempo me llegó otra sorpresa: las fraternidades se cierran o desaparecen hasta que lo único fraternal sigue siendo el saludo y gracias.
   Hoy, aquí, en el otoño de esta vida, los amigos son mis hermanos del alma. Son aquellos vecinos de ideales y amorosos compañeros en la eterna empresa de los sueños porque amigo es quien tiene una misión muy hermana de la nuestra, el que habla nuestro idioma existencial, el que frecuenta esos lugares comunes de la vida cotidiana y, de no ser así, va por nuestro camino tal vez con diferente premura pero ¡muy cerca! deseándonos lo mejor. Nunca olvido a Mario Arregui que solía decirme con frecuencia: -" No sabes cómo quisiera que tengas fortuna. No mucha. Pero la suficiente para las piruetas que sabe hacer tu corazón".
Hechiceros, protectores, generosos, incomparables, geniales maestros son los hermanos del alma a quienes deseo saludar este 20 de Julio "Día del Amigo" y, ya que estamos, los quiero agasajar con una preciosa página de Gabriela Mistral en su "Desolación"   
  -"Me hablaron de ti alabándote y la alabanza subió a mis entrañas como suben  los vapores del mar.
 Hablaron de ti ensangrentándote con palabras numerosas y te miré en mi corazón y eras puro como la escarcha que amanece dormida en los cristales.
Callaron un día tu nombre para pronunciar otros en glorificación ardiente pero el tuyo, que ya nadie pronunciaba, estaba bien presente como la primavera que cubría de verde los campos aunque nadie estuviera cantándola a esa hora diáfana".

P/D 
Para la AMISTAD olvidar es gestión imposible.