miércoles, 7 de septiembre de 2016

"¡Culpables!"



    La imagen de una secuencia fotográfica a cargo del reportero ruso Alexei Druzhinin que capturó el  encuentro entre Barak Obama y Vladimir Putín, durante la cumbre del G-20 en la ciudad china de Hangzhou, se propagó por el planeta  a velocidad supersónica porque se esperaba de ellos mucho más que un saludo o una pose para las redes sociales. Se esperaba, en realidad, que se apiadaran de las víctimas de la guerra que ambos promueven en Siria por diferentes motivos. Pero no. El tema principal de la reunión bilateral estuvo centrado en los corredores "humanitarios" que nos son otra cosa que la confirmación fehaciente de la crueldad humana puesta de manifiesto en toda contienda bélica.
    Los jefes de las dos potencias mundiales simularon una reunión de noventa minutos para nada es decir, para que sus punteros  sigan negociando la paz en Siria "respetando el derecho internacional" según el amigo Putín.
    La palabra "respeto" es la primera que siempre violaron los amos del mundo en todas la épocas y parece ser la última en ser pronunciada por  el concierto de las naciones puesto que no se da un solo paso para que haya paz en este mundo. Todos tenemos algún conocimiento referido al tema del negocio de las armas y es bien sabido que muchos pueblos soportan pruebas sobrehumanas porque, sencillamente y con total impunidad, sus gobernantes deciden luchar por su fe, o su querida ideología, a costa del sacrificio ajeno. Así las cosas, la palabra "respeto" en boca del presidente ruso es una broma de pésimo gusto.
    La guerra en Siria sólo se detendrá  cuando los líderes mundiales ya tengan otra en marcha, por ahí nomás, y las víctimas de sus locuras, los refugiados bélicos, tendrán que reinventarse para sobrevivir lejos de su aire, de sus tierras y su cultura. Nunca más actual el concepto de que "El Mundo es Ancho y Ajeno" del peruano Siro Alegría si pensamos que el común de los mortales no tiene representación legítima en los foros internacionales y ni falta que hace tener presencia  en tales escaparates de baratijas para la opinión pública que sería mucho más poderosa si no estuviese manipulada por la política.
    


En tanto que la historia de la humanidad aún  se reescribe a  toda furia con sangre, destrucción y sacrificios, no hay más remedio que aceptar que el espíritu de la raza humana  todavía es muy joven y que a la mayoría de edad se accede con la suficiente cantidad de errores. Aquí sólo puedo decir que los presidentes de Rusia y Estados Unidos, con actitudes tan perversas como las que acaban de tener con  Siria, se declararon pública y descaradamente ¡CULPABLES! por ser aliados de la muerte inmerecida de tantos  hermanos que sólo pretendían acceder al derecho propio de ser sanos, prósperos y felices.