domingo, 21 de agosto de 2016

"Regalos del Cielo"

 
   Día del niño.  ¿Del asesinado antes de nacer? ¿Del que lo tiene todo porque nació en cuna de oro? ¿De aquel que mendiga en el portal de una iglesia o por las calles del mundo? ¿Del nene que descubrieron entre los escombros de un edificio bombardeado en Siria? Tal vez el "Día del Niño" sea también el de "La Humanidad" desde que todos cargamos con uno aún sin sospecharlo y no debe haber quien no le daba un mejor trato.
  Ser niño no significa ser ingenuo. Significa ser recién llegado y, por lo mismo, estar desprevenido. Sólo eso. Y nada menos que de esta humana situación se aprovechan los piratas de aviones que van para La Infancia. Nos parece natural ver chicos trabajando cuando lo que debieran hacer es jugar y aprender lo necesario para sobrevivir con algún decoro en esta civilización que se suicida con cierto glamour porque, al hacerlo, supone que "progresa" o imagina que va en dirección correcta hacia el paraíso tecnocrático que es todo a lo que puede aspirar desde que se ha quedado sin sueños de libertad.
 Así como se nos antoja normal la infancia sin familia, al final de cuentas nos parece simplemente anecdótico el desamparo de tanta niñez aplastada por las guerras que no son otra cosa que un largo romance que los humanos tenemos con la muerte. Romance interesado, comercial, con final abierto, que espera de sus protagonistas compromiso y empeño porque hay algo que no debemos olvidar: La Vida que se nos ofrece gratis, una vez desairada se hace la interesante y sale caro reconquistarla; cuesta mucho volver a contar con sus favores.
   Que los niños son La Vida no es ninguna novedad  pero no por ser regalos del cielo son baratijas porque son joyas de precio incalculable y ya que les hemos dado un lugar en el calendario no olvidemos el espacio que tienen merecido en la historia de la humanidad. Estas potencialidades merecen respeto y atención y una de las señales de esos dos merecimientos es el Conocimiento que no se les debe regatear para que no terminen sus día como  gente sin cabeza siguiendo a una manada de humanos aparentes que por andar detrás de mentiras, o de ficciones, no saben por dónde caminan ni ven el tren que terminará con ellos.
    Nos encanta que los chicos se lleven bien con la tecnología pero, ¿esto no debería suceder después de hacer buenas migas con ellos mismos y sus semejantes? Entienden mucho de cibernética pero, ¿sospechan para qué han nacido o qué vocación tienen? Están muy conectados con el mundo pero digamos la verdad: con lo único que cuentan es con un aparato al que se han adherido por pura soledad. Son nuestros hijos pero ¿tenemos idea acerca de quiénes son en realidad y, sobre todo, qué necesitan? No son preguntas para niños; pero son formuladas pensando en ellos porque los Menores están en este mundo porque sus Mayores lo hicieron posible.
   En este día de agasajar a nuestra gente menuda, no estaría de más recordar que si bien el pasaje a la vida terrena es gratis, la permanencia entre los humanos no lo es y muy cerca nuestro hay un corazón de niño que espera la cuota de amor que seamos capaces de darle.