viernes, 29 de julio de 2016

"¡Hola Futuro"!

 
 
   Esa mutante, gigante y extraña, que es La Humanidad ya cumplió con el trabajo sucio que debió hacer hasta hoy y está cerrando ciclos de muy dolorosos aprendizajes. Desde el preciso momento de inventar su primera herramienta, la formidable evolución cerebral del homínido no se detuvo: tampoco su trayectoria. Después de abandonar el campo para mudarse a la fábrica y de ahí a la oficina, como simple empleado, hoy está de vuelta a casa porque la máquina está ocupando su lugar en todas partes.
   En cinco ciudades europeas se están probando los autobuses sin conductor y el transporte ecológico del Japón será conducido por GPS. Habíamos comenzado por dejar de lavar platos, y ropa, muy poco después de haber superado la barrera de tiempo/espacio en los cielos cercanos para terminar viajando por el infinito. Ya ni siquiera hacemos cuentas y estamos tentados a dejar de pensar a tal punto que son mayoría los países que cayeron en manos de delincuentes...¡porque los electores no somos capaces de elegir bien a los candidatos! Si no sabemos comprender un texto; mucho menos una propuesta electoral.
   El ser humano está asustado. Se quedará sin empleo estatal y sin trabajo esclavo. Dentro de quince años no tendrá nada que hacer dentro de las finanzas ni de la producción ya sea de bienes o de alimentos y se verá convertido en un simple consumidor de lo que le puedan ofrecer las máquinas. En países como Suiza y Finlandia se están agilizando los trámites para acordar un renta de subsistencia universal que deberán otorgar los gobiernos por necesidad de mantener la dinámica de los mercados. La distribución de la riqueza que fue incapaz de hacer la política lo hará la tecnología que, en pequeña escala, ya se está haciendo con los subsidios desde hace bastante tiempo. En resumidas cuentas, nos pagarán para que sigamos vivos y compremos, nos darán un sueldo para que "trabajemos" de consumidores. Cumplido ese rol, seremos libres de generar ingresos como productores de arte, ciencia, tecnología y, además, como proveedores de valores estrictamente humanos que serán muy cotizados.
   El ser humano está perplejo. Las creencias, las ideologías y las diferentes pinceladas culturales que han reducido su entendimiento, durante siglos, ya dejaron de tener vigencia porque ha llegado la hora del desarrollo verdaderamente PERSONAL porque no tendremos más remedio que ocuparnos de nuestro SER para no bajar los niveles de expectativa de vida que  se están reduciendo por causa de enfermedades sociales como lo son las adicciones, la violencia, el estrés y el suicidio. Señoras y Señores: ya no quedan excusas para posponer la tarea de  comenzar a ser HUMANOS con todas las letras.
   El ser humano está inquieto. ¿Y si por ociosidad nos entregamos a la carrera armamentista? Sería una efímera posibilidad pues más temprano que tarde, para salvar el pellejo, nos veremos obligados a reemplazar dinero y estupideces por valores. Por lo pronto, para que la transición no sea tan dolorosa, hay que modificar el chip de nuestro cerebro. Comprender que el bienestar no está en el shopping; está en nuestra mente. Hace falta reprogramarnos a toda velocidad porque el señor futuro no nos está esperando y, según los entendidos, nos está dejando atrás.
No deberíamos hacerle un desaire cuando nos ofrece una vida digna de ser vivida porque, en lugar de rifarla trabajando para otros, la honraremos cultivando nuestros dones. Una vez recuperado el capital/tiempo tendremos entre manos el derecho de disfrutar de nuestros seres queridos,  de las bendiciones de la  naturaleza y hasta del arte del ocio. Gracias a las máquinas, tendremos piolín no sólo para recorrer nuestro mundo; también para explorar el universo y, sobre todo, para estar conectados y en paz con el dios de nuestro corazón.